Dr. Francisco Marín Atención Primaria:
Primero. Evidente: detectar qué es lo que nos afecta, aquello que nos pone nerviosos e intentar hacerle frente, resolverlo, aunque nos cueste. Por ejemplo: si lo que nos tiene en vilo es que una hija sale últimamente más, y no sabemos con quién va, lo más eficaz, sin duda, es hablar con ella sobre nuestras preocupaciones. No atacarla. Mostrar confianza y estar abierto al diálogo.
Segundo. Los primeros minutos de comida son críticos a la hora de perder peso. El cuerpo acepta prácticamente todo lo que metamos en él. Es por eso que las personas que comen rápido, además de tener más trastornos intestinales (gases, malestar abdominal) son más capaces de ingerir grandes cantidades de comida. Así, pues, coma lentamente, masticando cada trozo, al menos, 15 veces. Beba agua de forma abundante.
Tercero. Si nota un impulso irrefrenable de ir a la nevera a coger algún alimento, intente evitar los dulces, los alimentos grasos y los chocolates. Sustitúyalos por una zanahoria, por ejemplo. O una manzana. Estará introduciendo menos calorías en su cuerpo, y el impulso quedará resuelto de la misma forma.
Cuarto. Salga a pasear frecuentemente. Quedarse en casa implica tener la cocina (y, por consiguiente, la nevera) accesible. Evítelo. De esa forma sólo comerá cuando tenga realmente hambre y no por compulsión.
Quinto. Intente evitar tener dulces en casa. Para ello, convendría ir a comprar al supermercado, o a la tienda de confianza, con el estómago lleno. A todos nosotros nos ha pasado en alguna ocasión que, al ir a comprar a una hora intempestiva, con el estómago vacío, hemos salido del comercio con productos que, a priori, sabemos que no son excesivamente saludables (patatas fritas, algún chocolate, helados…).
Sexto. Pruebe a seguir alguna técnica de relajación. Recuerde que lo más importante es la constancia. No obtenemos más resultado si nos ponemos un día a practicar estas técnicas durante dos horas, por ejemplo, y no volvemos a realizarlas en dos semanas. Conviene ponerlas en práctica diariamente. Y sólo le llevará unos minutos (menos de media hora).
Séptimo. Intentar tranquilizarnos, disminuir el grado de ansiedad, también ayuda. ¿Y cómo sabemos que se trata de ansiedad, y no de otra cosa? Aprenda a identificar síntomas típicos de un cuadro de ansiedad. Si cumple los criterios aquí expuestos, no tema: lo que le pasa es molesto, pero no preocupante ni peligroso.
Octavo. Practique ejercicio físico. El cansancio relaja, elimina nervios y ansiedades. Pero, de igual forma que en el caso de las técnicas de relajación, intente realizarlo diariamente, a su ritmo, sin excederse, pero sin quedarse quieto.
9 de agosto de 2010, 13:56
ya lo leí aquí con mi familia y vamos a seguirlos por que nos hace mcha falta!!!
animo nena